Un sensor agronómico utiliza sensores capacitivos y termistores para medir humedad y temperatura del suelo. Los datos son procesados por IA en un microcontrolador y enviados a la nube mediante tecnologías de baja potencia. En la nube, algoritmos avanzados analizan los datos y toman decisiones agronómicas, como la automatización del riego, que se transmiten de vuelta al sensor. Este enfoque optimiza la gestión de cultivos al integrar datos, IA y nube para mejorar la eficiencia agrícola.
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